sábado, 10 de abril de 2010

'Australopithecus sediba'

'Australopithecus sediba': el nuevo primo

El descubrimiento en Sudáfrica de un nuevo antecesor llamado Australopithecus sediba acaba de complicar aún más nuestro origen. Encontrado en una cueva no lejos de los yacimientos clásicos sudafricanos de Sterkfontein, Swartkrans y Kromdraai, A. sediba tiene la cabeza y el tamaño cerebral de un australopiteco, pero también tiene rasgos derivados que lo acercan más al género Homo que ninguno de sus parientes, como son sus dientes reducidos.
Hay al menos dos individuos, el estado de preservación de los restos es espléndido y se han conservado huesos del esqueleto poscraneal y no sólo del cráneo, lo que permite un amplio análisis. Por otra parte, los restos más completos corresponden a un ejemplar inmaduro, lo que tiende a gracilizar los rasgos y dificulta el análisis.

Evolución y progreso
Cuando los paleoantropólogos empezaron a trabajar en el continente africano se descubrieron decenas de yacimientos, miles de fósiles y un buen puñado de especies que proporcionaron numerosas sorpresas. En lugar de un antecesor con cabeza de humano y cuerpo de simio se descubrieron varias especies de lo que parecían monos de cuello para arriba, pero eran completamente bípedos del cuello para abajo, como nosotros.

Nuestros antecesores anduvieron erguidos mucho antes de ser inteligentes
El origen de la Humanidad era al revés de como se había pensado hasta entonces: nuestros antecesores anduvieron erguidos mucho antes de ser inteligentes.
Un grupo ancestral de simios de hace unos 10 millones de años abandonó los bosques y la vida arbórea por la sabana y el caminar a dos patas, alejándose de la rama que acabaría por dar origen a los chimpancés. Los más antiguos aparecían en el Este de África (Kenya y sobre todo Etiopía), tenían el cerebro pequeño y fueron llamados australopitecos; fósiles más tardíos indicaban su presencia en Sudáfrica. Vivieron entre hace unos 6 millones de años y hace 1,5 millones de años, y no hay pruebas de que utilizasen herramientas.
Hace 2 millones de años, sin embargo, apareció un nuevo tipo, muy parecido del cuello para abajo pero con dos importantes diferencias: un cerebro considerablemente mayor y claras pruebas de uso de herramientas.
Este nuevo grupo se llamó Homo, y es al que pertenecemos. La cosa parecía clara: de ancestros muy antiguos compartidos con el Chimpancé había surgido una línea de australopitecos que a su vez había dado lugar a Homo: una secuencia lineal de creciente perfección.

Complejas variantes
Durante los últimos 3 millones de años resultó que África había estado literalmente bullendo de diferentes especies de monos caminantes, muchos de ellos al mismo tiempo.
Hasta ahora el mejor candidato a fósil transicional entre los australopitecos y nosotros era Australopithecus garhi, hallado en Etiopía y con una antigüedad de 2,5 a 2,7 millones de años, pero con algunos rasgos tan especializados (como los grandes molares) como para sospechar.

A. sediba podría ser el paso lógico entre los australopitecos y el Homo
Y ahora aparece Australopithecus sediba, una nueva especie que sus descubridores acaban de definir en Science. Con una antigüedad calculada entre 1,8 y 1,9 millones de años, A. sediba podría ser el modelo de transición perfecto, el paso lógico entre los australopitecos gráciles y Homo.
Pero este descubrimiento sobre todo nos dice que durante una buena parte de la evolución humana antigua no estuvimos solos: en África hubo varias especies de homínidos distintas viviendo juntas de forma casi continua.

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